jueves, 12 de mayo de 2016

EMBARAZO: LA IMPORTANCIA DE ACUDIR CON EL NUTRIOLOGO

El embarazo es un estado anabólico (estado en e que se promueve el desarrollo corporal) que afecta los tejidos maternos mediante hormonas sintetizadas para sostener una gestación exitosa.


La progesterona induce la acumulación de la grasa para aislar el feto, favorece las reservas energéticas y relaja el musculo liso, lo cual da lugar a una disminución de la motilidad intestinal para aumentar la absorción de los nutrientes. El estrógeno experimenta un enorme incremento durante el embarazo para promover el crecimiento, la función uterina y la retención de agua. La progesterona y el estrógeno secretado de manera combinada durante la gestación también preparan una lactancia exitosa.



El aumento de peso adecuado es necesario para asegurar el resultado fetal óptimo. Los costos energéticos del embarazo varían con el indice de masa corporal (IMC)  de la madre:

  • Mamas: 0.5 kg
  • Placenta: 0.6 kg
  • Feto: 3 a 3.5 kg
  • Liquido amniótico: 1 kg
  • Útero: 1 kg
  • Aumento del volumen sanguíneo: 1.5 kg
  • Líquido extracelular: 1.5 kg
El peso materno mayor (sobrepeso u obesidad) antes de la gestación eleva el riesgo de muerte fetal tardía, aunque confiere protección contra el nacimiento de un lactante pequeño para la edad gestacional (SGA por sus siglas en ingles). La obesidad se relaciona con un mayor riesgo de abortos en el primer trimestre o abortos recurrentes y la necesidad de parto por cesárea.

El peso bajo se vincula con lactantes SGA o partos prematuros. Además la obesidad materna favorece en realidad la obesidad en niños de 2 a 4 años de edad. Las mujeres sometidas antes a una operación bariátrica no tienen riesgo de sufrir resultados perinatales adversos, lo cual es importante por que muchas mujeres obesas se deciden por esa intervención quirúrgica para mejorar su salud o incrementar la probabilidad de conservar un embarazo.

Un intervalo corto entre una gestación y otra o un embarazo temprano en los dos años posteriores a la menarquia (aparición de la primera menstruación) aumentan el riesgo de parto prematuro y lactantes con retraso en el crecimiento; la insuficiencia nutrimental materna energética y proteica conduce a un estado nutricional materno deficiente al momento de la concepción, con alteración de los resultados del embarazo.  

La deficiencia materna de hierro y fotalo (ácido fólico) se relaciona con partos prematuros y retraso del crecimiento intrauterino, dos resultados para los que tienen riesgo elevados las mujeres con embarazos tempranos o próximos entre sí.



Varias de las enfermedades importantes de la edad madura, incluidas cardiopatía coronaria, hipertensión y diabetes tipo 2, pueden originarse en la alteración del crecimiento y desarrollo intrauterinos. Estas enfermedades pueden ser consecuencia de un estimulo programado o una agresión en un periodo sensible crítico. Las personas pequeñas o desproporcionadas (delgadas o de corta estatura) al nacer tienen altos indices de cardiopatía coronaria, presión arterial alta, concentraciones altas de colesterol y metabolismo anormal de insulina y glucosa, lo cual es independiente de la duración de la gestación. También resulta interesante que los niveles de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL - Colesterol bueno) disminuye después de múltiples embarazos.

La bulimia nerviosa durante el embarazo puede causar aborto, aumento inadecuado de peso (excesivo o insuficiente), parto complicado, bajo peso al nacer, malformaciones infantiles, calificaciones de Apgar bajas (test que se le realiza al recién nacido para determinar su estado general); debe identificarse y tratarse con cuidado. 

Otra preocupación durante el embarazo es la fenilcetonuria; las mujeres con fenilcetonuria no tratada tienen con frecuencia malos resultados reproductivos. Es importante el mantenimiento temprano de las concentraciones maternas de fenilalanina y la ingestión proteínica media mayor a la recomendación diaria, con ingestión calórica adecuada. Las mujeres con fenilcetonuria parecen tener una mayor incidencia de lactantes con cardiopatía congénita; la profilaxis (conjunto de medidas que se toman para preservar la salud) incluye inicio de dieta baja en fenilalanina antes de la concepción o al principio del embarazo, con control metabólico no después de la octava semana de gestación. 

Las deficiencias nutricionales también son graves en el embarazo. Por lo general, los embarazos planeados tienen los resultados más favorables. La vigilancia dietética continua de las mujeres y adolescentes embarazadas es esencial, sobre todo con respecto al calcio, folato, magnesio, hierro y vitamina E; también debe vigilarse la ingestión de fibra, zinc y vitamina D. Hay que evitar la deficiencia de Biotina durante la gestación.

Para evitar el nacimiento de lactantes pequeños para la edad gestacional se alienta a las embarazadas a no fumar, tratar enfermedades cardíacas o trastornos como la presión arterial alta, y ganar peso suficiente. 

Cerca del 35% de los defectos cardíacos mayores puede evitarse con el consumo materno de multivitaminicos antes de la concepción.
Para los embarazos generales y múltiples, las visitas medicas quincenales, la ingestión calórica suficiente, la complementación con minerales múltiples, y la educación de la paciente reducen las complicaciones; así como el peso bajo al nacer y la morbilidad neonatal.
La American Dietetic Association (2002) sugirió tres visitas para terapia nutricional médica en los embarazos de alto riesgo.

Objetivo de la intervención nutricional

  • Evitar la premadurez y los partos con peso bajo al nacer.
  • Producir un aumento de peso adecuado durante el embarazo. Los estándares de la American Dietetic Association (2002) señalan que las mujeres con bajo peso (IMC menos a 18.5) deben ganar de 13 a 18 kg. Las mujeres con peso normal (IMC = 19 a 24.9) deben aumentar de 11 a 16 kg en total. Las mujeres con sobrepeso (IMC = 25 a 29.9) deben ganar menos de 7  a 11 kg en total. Las mujeres obesas (IMC mayor a 30) deben ganar menos de 7 kg; la obesidad es un factor de riesgo importante para los defectos de tubo neural. 


  • Promover un ritmo adecuado de incremento ponderal: 900 a 1800 g en el primer trimestre; 4.5 a 5 kg en el segundo trimestre; y 5.5 a 6 kg en tercer trimestre. El aumento de peso debe ser mayor si la paciente se halla por debajo de su peso ideal antes de la concepción; esto es valido sobre todo para las mujeres jóvenes. 
  • Aportar nutrimentos y calorías adicionales (el costo neto del embarazo varía entre los 20,000 y 80,000 calorías en total). 
  • Impedir o corregir la hipoglucemia.
  • Aportar aminoácidos suficientes para sostener el crecimiento fetal y placentario.
  • Promover el desarrollo del sistema inmunitario fetal apropiado, sobre todo durante el primer trimestre.
  • Impedir o corregir las deficiencias de hierro o ácido fólico, que son frecuentes en un 50% a 70% de los embarazos.
  • La deficiencia de vitamina A tiene una relación importante con depresión del sistema inmunitario y con incremento de la mortalidad por enfermedades infecciosas, como sarampión, diarrea e infecciones respiratorias.
  • El calcio es importante. La complementación con calcio durante el embarazo no siempre impide la preeclampsia.
  • Hay que evitar la deficiencia de vitamina D, la cual puede provocar que el lactante tenga peso bajo al nacer.
  • El suministro de yodo debe ser suficiente para evitar el cretinismo (enfermedad causada por un déficit permanente en el desarrollo físico y psíquico), con retraso mental y físico.
  • Deben cubrirse los requerimientos de zinc para impedir las malformaciones congénitas.
  • Debe prohibirse el consumo de alcohol.
  • Hay que mantener la duración adecuada de la gestación y evitar el parto prematuro.
  • Deben desarrollarse o mejorarse los buenos hábitos de alimentación para impedir o retrasar el inicio de problemas crónicos de salud después de nacimiento. 
  • Vigilar la presión arterial y la glucosa sanguínea.
  • Las mujeres deben ingerir abundantes líquidos para permanecer bien hidratadas.
  • El Embarazo múltiple impone nuevos desafíos y magnifica las necesidades nutricionales.
  • Las embarazadas no deben consumir plantas medicinales, complementos o tés herbales (American Dietetic Association, 2002). Las mujeres que utilizan tales complementos deben suspenderlos de inmediato cuando descubren que están embarazadas. No existen estudios científicos rigurosos sobre la seguridad de los complementos dietéticos durante el embarazo y la Teratology Society declaró que no debe suponerse que son seguros para el embrión o el feto.
  • Las embarazadas no deben tomar suplementos herbales que contengan: aloe, semilla de albaricoque, cimicífuga racemosa, borraja, caléndula, chaparral, moras de agnocasto, consuelda, dong quai, efedra, euforbio, matricaria, digital, genciana, ginseg, sello dorado, espinera, marrubio, enebro, raíz de regaliz, ortiga, bananera, hierba carmín, fresno espinos, trébol rojo, ruibarbo, palma enana, senna, hierba de San Juan, tenaceto, dauco, sauce, ajenjo, milenrama, o yohimbe (American Dietetic Association, 2002).
  • El tratamiento inicial de la nausea y el vomito debe ser conservador e incluir cambios dietéticos.




Indyra Hernandez
Tu Nutriologa de Cabecera


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